París, 7 de septiembre de 2025 — El Paris Saint-Germain encendió la polémica en el fútbol europeo luego de que dos de sus jugadores, Ousmane Dembélé y Désiré Doué, resultaran lesionados durante la más reciente convocatoria de la selección de Francia. El club parisino emitió un comunicado en el que reprocha a la Federación Francesa de Fútbol por no haber atendido las advertencias médicas enviadas previamente y exige que se implementen protocolos claros de cooperación entre los equipos y la selección nacional.
Dembélé sufrió una lesión en los isquiotibiales que lo dejará por fuera de las canchas alrededor de seis semanas, mientras que Doué presenta una distensión muscular en la pantorrilla que lo marginará al menos un mes. Según el PSG, ambas dolencias pudieron evitarse si se hubieran respetado los reportes de carga física y las recomendaciones de precaución que el club había entregado a los médicos de la federación.
Ante las críticas, el seleccionador Didier Deschamps defendió la convocatoria de los dos futbolistas. Explicó que, en su criterio, ambos estaban en condiciones de jugar y que nunca habría alineado a un jugador con una contraindicación médica formal. “Si no estaba en condiciones, no lo hubiera convocado”, aseguró, insistiendo en que se basó en la información disponible en ese momento y en la propia percepción de los jugadores.
El tema no quedó solo en un cruce entre club y selección. El sindicato de futbolistas de Francia también intervino señalando que el problema de fondo es el calendario internacional sobrecargado, que obliga a los jugadores a competir sin descanso suficiente y multiplica los riesgos de lesión. Desde la Unión Nacional de Futbolistas Profesionales pidieron al Estado intervenir para garantizar que los derechos laborales de los jugadores sean respetados y que la salud no quede en segundo plano frente al espectáculo.
La Federación Francesa, por su parte, recordó que las normas de la FIFA obligan a los jugadores convocados a presentarse en la sede de la selección salvo que exista una contraindicación médica clara emitida por el club, lo que complica aún más la coordinación y genera choques de intereses.
La controversia reabre un debate recurrente en el fútbol moderno: hasta qué punto los calendarios internacionales y las exigencias de las selecciones deben tener prioridad sobre la salud y el cuidado físico de los jugadores, que son al mismo tiempo patrimonio deportivo y económico de los clubes. Lo cierto es que el caso de Dembélé y Doué podría marcar un precedente y acelerar la discusión sobre la necesidad de protocolos más estrictos y transparentes entre equipos y federaciones.
Redacción