Un parque emblemático del barrio, que permanecía descuidado, hoy empieza a recobrar vida gracias al trabajo conjunto de la comunidad y entidades como la Policía de Turismo, guardianes ambientales y la patrulla púrpura. Durante el último mes se han realizado jornadas diarias de limpieza, recolección de llantas y labores de pintura hasta altas horas de la noche, en lo que los vecinos califican como un esfuerzo de amor y dedicación. El objetivo es brindar a niños y familias un espacio digno para la recreación y el encuentro comunitario.
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