El presidente Gustavo Petro intentó desactivar la tensión con Estados Unidos mediante una carta dirigida a Donald Trump, donde aclaró que sus recientes declaraciones «no tuvieron la intención de cuestionar a ningún funcionario» del gobierno norteamericano.
El gesto ocurre tras la polémica por las acusaciones de un supuesto intento de golpe de Estado en Colombia, donde el excanciller Álvaro Leyva habría involucrado a actores internacionales.
Puntos clave:
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Autocrítica controlada: Reconoció que sus expresiones pudieron ser «innecesariamente duras», pero insistió en que solo buscaba advertir sobre «dinámicas de desestabilización regional».
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Sobre el atentado a Uribe Turbay: Desmintió cualquier vínculo entre su retórica y el ataque, exigiendo que las investigaciones avancen «sin sesgos políticos».
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Propuesta de cumbre: Invitó a EE.UU. a dialogar con la CELAC sobre crisis climática, migración y violencia transnacional, apelando a una relación basada en «respeto mutuo y soberanía».
La carta marca un tono conciliador tras semanas de roces diplomáticos, incluida la salida de Leyva de Cancillería. Petro evitó mencionar específicamente las acusaciones de golpe de Estado, pero enfatizó: «La política no puede ser un campo de sospechas sin pruebas».