En la tarde del lunes 4 de agosto, el exgobernador de Córdoba, Alejandro Lyons Muskus, fue recluido en la cárcel La Picota en Bogotá, luego de ser deportado desde Estados Unidos el pasado 30 de julio. Lyons enfrenta múltiples procesos judiciales por corrupción durante su gestión entre 2012 y 2015.
Según el Inpec, el exmandatario deberá responder por los delitos de concierto para delinquir y desvío de fondos públicos, incluyendo el escándalo del “cartel de la hemofilia” y su participación como testigo en el llamado “cartel de la toga”, que involucró a altos funcionarios judiciales.
Lyons fue condenado por la Corte Suprema en 2018 tras comprobarse el desvío de más de $9.000 millones en regalías. Además, tiene una inhabilidad de 10 años para ejercer cargos públicos, impuesta por la Procuraduría.
Pese a haber colaborado con la DEA y el FBI, las autoridades colombianas reiteraron la validez de la orden de captura, y hoy permanece en un centro de reclusión de alta seguridad. La justicia también mantiene bajo la lupa a varios miembros de su círculo familiar y político, incluido su padre y su prima, la excongresista Sara Piedrahita Lyons.